Representatividad, medio ambiente y tecnología: tres desafíos para “recuperar” la democracia en América Latina

Una treintena de representantes de diferentes sectores sociales, económicos y políticos de América Latina se han reunido este miércoles en Buenos Aires para reflexionar en torno a un tema: cómo recuperar “la iniciativa democrática” en una región donde los ciudadanos confían “poco o nada” en las instituciones políticas. Los participantes del foro han debatido durante una jornada a puertas cerradas sobre el estado de la democracia en América Latina y han pensado prácticas concretas que permitan resolver las agendas de desarrollo de una de las regiones más desiguales del planeta, donde habitan más de 640 millones de personas.

“Hoy en la región la democracia vuelve a estar en cuestión”, dice Matías Bianchi, director de la organización Asuntos del Sur, que ha coordinado el evento junto a CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, Colabora Lat, el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá y el grupo PRISA, al que pertenece este periódico. “Vemos que cada vez más los debates se dan en círculos de pertenencia homogéneos, y queríamos crear un espacio plural, diverso y regional para ello”, agrega el politólogo. En el Foro Latinoamericano para Recuperar la Iniciativa Democrática han participado activistas, políticos, diplomáticos e investigadores de 11 países.

Los participantes del foro 'Recuperemos la inicitiva democrática'.
Los participantes del foro ‘Recuperemos la inicitiva democrática’. Noelia Seoane (ASUNTOS DEL SUR)

El último informe anual del Latinobarómetro, un estudio de opinión pública en la región, apunta a que en América Latina la democracia está en “recesión”. El estudio identifica que entre la población hay un “bajo apoyo” a este régimen de Gobierno y registra “la preferencia y actitudes a favor del autoritarismo” a la vez que ve el “desplome del desempeño de los gobiernos y de la imagen de los partidos políticos”. “La democracia en varios países se encuentra en estado crítico, mientras otros ya no tienen democracia”, dice el informe.

“La pregunta sobre qué hacer frente a ese escenario es muy importante”, dice el politólogo boliviano José Luis Exeni, que ha participado del evento, realizado en el barrio porteño de Puerto Madero. “Lo fundamental en este momento es preservar la democracia ante agendas que están apuntando a perder derechos humanos, y para eso es fundamental la participación ciudadana”, señala Exeni. Piero Corvetto, presidente de la Oficina de Procesos Electorales de Perú, agrega la necesidad de “fortalecer las organizaciones políticas”: “No hay democracia sin partidos”.

“Más democracia y más política son salidas importantes para superar ese debilitamiento y no al revés”, señala la brasileña Andressa Caldas, directora de Relaciones Institucionales del Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur. Para Caldas, un punto importante en ese camino es “la reivindicación de una épica” en la política: “Es algo que nuestra región ha aportado ya. [Hay que] volver a encantar a toda la gente, pero en especial a la juventud”. “Esas nuevas voces están ahí, pero no están siendo escuchadas en los espacios más formales. Al no ser escuchados pueden armar otros movimientos o pueden ser capturados por un liderazgo autoritario”, advierte.

Las preocupaciones, experiencias e ideas expresadas por los participantes han estado relacionadas a una multiplicidad de temas que serán condensados para su publicación próximamente. Los asistentes han aportado miradas diferentes sobre los ejes propuestos y han delineado un complejo mapa sobre el estado de la democracia en sus países y la región. Félix Maradiaga, precandidato opositor arrestado por el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, identifica ante ese panorama tres “irrenunciables” de la democracia: “El compromiso con la no violencia, la tolerancia y el respeto a las minorías”.

Flavia Freidenberg, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, este miércoles en Buenos Aires.
Flavia Freidenberg, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, este miércoles en Buenos Aires.ASUNTOS DEL SUR

Los participantes, además, han propuesto no escindir las cuestiones ambientales y las tecnológicas de la agenda económica y de desarrollo. En las mesas de trabajo se ha debatido sobre la transformación digital “ética e inclusiva” con el foco puesto en las brechas de acceso y uso efectivo de las tecnologías en una región donde más del 90% de la población tiene servicios de internet móvil, pero donde el 40% nunca los ha utilizado. También se ha planteado la necesidad de articular “crecimiento económico, desarrollo productivo e inclusión social” con “una disminución de los impactos ambientales” teniendo en cuenta que la agenda medioambiental “no es única e inequívoca” en todo el mundo.

Flavia Freidenberg, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, resume así los ejes que han guiado la jornada: “Hay un agotamiento en los modelos de representación política; hay un desafío grandísimo respecto a las nuevas tecnologías sobre la intermediación democrática y hay una agenda medioambiental urgente. Yo incorporaría una dimensión de género en la discusión”. Freidenberg reivindica la importancia de “romper las burbujas de la conversación” para avanzar en ese camino. “La democracia está amenazada en América Latina. Cualquier esfuerzo por mejorar la forma en que construimos esa democracia siempre son válidos”, afirma.

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