QUE  VIVAN LAS MUJERES!!.

Por David Turbay Turbay.

Hoy recordé a Rubén Darío, el poeta. Sin la mujer, la vida es pura prosa. Al principio de todas las grandes cosas, siempre hay una mujer. Son sublimes. Ellas no aceptan las cosas que no pueden cambiar, están cambiando las cosas que definitivamente no pueden aceptar.

Vivimos en un mundo raro, en una sociedad en la que se exige a las mujeres que trabajen como si no tuvieran hijos, y que críen a sus hijos como si no trabajaran.

Sus retos son infinitos. Cada vez que una mujer fulgura levantándose, se levanta por todas las mujeres. Son ellas el proyecto más grande de Dios, no me cabe dudas. Son enormes como el universo, fuertes como una roca, tiernas como una flor y apasionadas como el sol. Hoy quieren vivir sin miedo. Y trabajan para ello. La obra maestra de la creación es el corazón materno.

Hoy, piensan diferente. Acogen la enseñanza de Carolina Herrena. No buscan hombres a sus pies, sino que estén a su altura. Definitivamente, feminismo, ya no es repartirse el pastel entre ambos sexos. Es hacer uno nuevo, mejor, basado en méritos que deben ser los certificados de los éxitos. Ya no quieren tener poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas, y ello las convierte en invencibles en todos los frentes existenciales.

Quién no recuerda agradecido a su madre? Yo lo hago a cada instante. Ella es el combustible que hace que un ser humano logre lo imposible. Yo soy sangre de su sangre. Me hace falta siempre. Si ella viviera supermán habría sido chiquito en mis batallas de siempre, si incurriera en la torpeza de enfrentarme.

Ella era frágil, pero fuerte. Delicada, pero firme. Era un instrumento especial para la gloria de aquel que la creó. Amaba a su tierra, abrevaba en la literatura francesa, y era compañera de mi padre en todo. La solidaridad con el pueblo era también para ella, una razón de vida.

Hoy en día, con Golda Meir, pueden asegurar las mujeres, no que son mejores que los hombres, pero rotundamente, lo sabe el mundo, no son peores. Colombia tiene nombre y temple de mujer.

Michel Obama les recordó que pueden ser libres y apoyar a otras para lograrlo. No pueden seguir siendo el talento más grande y desaprovechado del mundo, como lo censuraba Hillary Clinton.

Y tienen que brillar por su formación y sus talentos. Una mujer segura de sí misma se viste de fuerza y dignidad. Hay que recordar que no hay nadie que tenga más poder sobre ti, que tú mismo.

Me gustaría vivir el momento histórico de la posesión de las mujeres, en las oportunidades extrañas, de las cimas del poder. Una mujer, Presidente de Colombia. Gobernadoras y Alcaldesas sabias y rectas, presidiendo el reto de hacer de Colombia lo mejor. Detrás de cada mujer existe una historia que la convierte en guerrera.

Conozco muchas, supremas, inmejorables. Tienen la capacidad para hacer lo que quieran, para interpretar la sed de futuro y la voluntad de cambios de todos.

Tengo cinco hijos. Tres de ellas son mujeres. Piensan en el país, defienden sus principios, no claudican jamás. Van siempre hacia adelante. Saben que la vida es lucha, y que estas muchas veces son duras y tristes.  Les he enseñado a mirar el mundo con ojos de esperanzas. Y que nadie puede hacerlas inferiores, sin su permiso.

Les recuerdo una frase que dijo una que lo tenía claro: No soy la mujer de tu vida, soy la mujer de la mía.

Hoy repetí lo de Mafalda. Tempranito le dije a mi fallecida madre, qué te gustaría ser si vivieras? Sé que me lo responderá pronto. Hoy ocupa todo su tiempo en protegernos, en defendernos, en darnos luces para que el mundo brille.

La mujer, como los toros de casta, debe ir a la pica, y entender que en toda lucha por un ideal, se tropieza con adversarios y se levantan enemigos. Las libres, no los escuchan ni se detienen a contarlos, siguen en la batalla, porque cuando se marcha hacia una luz no se puede ver lo sombrío.

Atreverse es un verbo que debe ser conjugado. Tuve la oportunidad vital de conocer a Indira Gandhi. Me invitó a su casa. No hay nada imposible para los seres humanos que no claudican, que piensan siempre en el mejor estar del pueblo, que combaten la miseria colectiva, que no se confabulan con la infamia, ni frustran a los mejores conductores.

A la carga, las queremos libres, las queremos fuertes. Que el servir sea la divisa honrada.

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