EL NUEVO SIGLO: ¿Ve que estamos ‘ad portas’ de una recesión económica?
GUILLERMO BOTERO: La recesión económica se da cuando comienza a haber trimestres consecutivos con decrecimientos. Pienso que las perspectivas del año 2023 no son de crecimiento grande, entre otras cosas porque se compara con unos años muy buenos, pero de ahí a que entremos en recesión, todavía veo un trecho bastante largo por recorrer. No veo esa posibilidad todavía tan encima.
ENS: ¿Entonces cómo ve la economía para 2023?
GB: Al comparar años con años, meses con meses, los crecimientos de 2022 con los que tuvimos en 2021, pues obviamente que va a haber un decrecimiento. Pero de ahí a que a que sea un mal desempeño de la economía, yo no creo.
ENS: ¿Qué piensa de la reforma tributaria presentada por el Gobierno?
GB: Creo que sobre ella ya se ha dicho todo. Hay algunas cosas que no gustan porque filosóficamente no son convenientes, como el impuesto a la riqueza, que no es conveniente. Tengo dudas; como ya lo expresó el doctor Néstor Humberto Martínez en una columna, es un impuesto inconstitucional si tiene carácter permanente; si tiene carácter temporal, no. Pienso que habrá algunos vicios de inconstitucionalidad en muchos de los artículos. Yo le diría al Gobierno que ponga a su expertos en derecho constitucional a que corrijan lo que tengan que corregir, porque sería una gran decepción para el país que, una vez aprobada una reforma, después la Corte Constitucional la tumbe, así sea parcialmente.
ENS: ¿Se requiere una reforma tributaria?
GB: Aquí lo que se necesita es una política tributaria. Los niveles de gasto son irresistibles. Cuando el doctor Juan Ricardo Ortega fue director de la DIAN, su meta era llegar a los 100 billones de pesos, casi que lo logra antes de retirarse, logró 99 billones. Ya el año pasado cerramos en 180 billones de pesos mal contados y resulta que de la época de Juan Ricardo Ortega se han duplicado los impuestos y siguen siendo insuficientes, entonces se necesita un Estado austero. Pero hablando con los economistas sí se requiere una reforma tributaria, aunque no de las dimensiones de la actual.
ENS: ¿Qué gastos se pueden suprimir?
GB: Son muchísimos: gastos en el exterior, en embajadas, por ejemplo. Tuve la oportunidad de vivirlo y ahorramos significativamente. Devolvimos a la Cancillería recursos que no fue necesario ejecutar. Cuando fui ministro hubo una austeridad grande y también se ejecutaron los gastos de manera razonable, se economizó en muchísimo rubros en los cuales antes se gastaban unas cifras a decir verdad bastante grandes, por ejemplo en publicidad. Durante mi administración solo hubo un gasto, que fue un obituario con ocasión de la muerte del expresidente Belisario Betancur.
ENS: ¿El gobierno Duque dejó la olla raspada?
GB: No es cierto, lo que pasa es que el gobierno Duque tuvo que gastar muchísimo para subsidiar a un sinnúmero de familias que habían sido duramente golpeadas por la pandemia. No se les puede olvidar que nosotros tuvimos el país cerrado prácticamente seis meses.
ENS: ¿Cómo ve la paz total?
GB: Esperemos a ver que salga la reforma de la ley 418. Desconfío de la voluntad de paz de las personas que harían parte de este proceso, desconfío mucho de esos grupos guerrilleros, que lo que buscan son oportunidades de impunidad, de legalizar fortunas, pero verdaderamente no tienen un deseo sentido de paz.
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