Fernando Gutiérrez Jr, un señor locutor y el rey de los mamagallistas

Por: Orlando Supelano

Navegar es difícil, se requiere de gran precisión, si uno sale de Cartagena hacia Nicaragua debe ser exacto en los grados de la dirección que llevará la nave. Si por ejemplo eran ocho, pero la dirección se desvió dos más, el barco no llegará a Nicaragua sino a México. Esta fue la improvisada clase de navegación marítima que un día recibí del locutor Fernando Gutiérrez Jr., siempre orgulloso de su paso por la Armada. Nunca supe por qué salió de allá, estábamos sentados disfrutando de un delicioso tinto en la redacción de Todelar, en un entre tiempo que nos daban los noticieros y los informativos punto 55 de cada hora. Vestía elegante siempre, su cabellera abundante al estilo racimo de uvas, pero hacia atrás, el bigote muy bien definido y la seriedad de siempre, parecía un gerente. Quien lo conocía a simple vista se llevaba la percepción de que era un hombre muy serio. Pero realmente estaba frente al rey de los mamagallistas.

Disfrutaba al máximo hacerle bromas a la gente. Era la combinación perfecta, su seriedad, aunque estuviera que se desternillaba de la risa. Una broma muy famosa fue a un grabador nuevo que entró a trabajar a Todelar. A Fernando, como a todos los otros locutores le tocaba grabar mensajes institucionales, campañas y cuñas. Como se trataba de alguien nuevo, llegó con firmeza, lo saludó y le dijo, “bueno usted ya sabe cómo es conmigo ¿no?”, el grabador que no tenía ni idea de lo que le decía sólo se limitó a abrir los ojos y mirándolo le respondió “no señor”, a lo que Fernando le respondió, “yo soy un locutor toma única ¿sabe qué es eso?”. El grabador muy ingenuo le dijo “no señor no sé”. De inmediato Fernando le explicó “Toma única, es que cobro por segundos a la empresa, como mi trabajo es perfecto, si me toca repetir una grabación, el costo adicional se lo paso a Todelar y eso le toca pagarlo a usted”. Eso quedó así. El grabador comió cuento y todas las grabaciones de Fernando las hacía en una sola toma para evitar problemas, hasta que un día el director de programación Luis Guillermo Troya le hizo un reclamo por la mala calidad del material grabado. El grabador le dijo, “lo que pasa es que como don Fernando es toma única, no le puedo pedir que grabe de nuevo” a lo que Troya le respondió, “no sea bobo ese es un locutor como cualquiera aquí”. Indignado por la broma un día estaba grabando una cuña y cuando Fernando se fue a retirar el grabador dijo “un momento, usted no se puede ir todavía”, a lo que Fernando le preguntó “¿quién yo?” y de inmediato el grabador le dijo con indignación “Si usted, grandísimo hp”.

Vale la pena acotar, que esta broma, como muchas otras de Fernando, eran acolitadas por Jairo Vera, otro colega locutor de Todelar. Con Jairo, junto con Nelson Neira hacían campeonatos de ‘manitas calientes’ y no era extraño ver corriendo a estos serios locutores persiguiéndose entre sí y pagando escondederos en el Máster. En otra ocasión tuvimos una mañana tortuosa en el noticiero, de esos días en que se da la tormenta perfecta, nada sale bien, error tras error y para colmo de males la niña que estaba a cargo de contactar personajes no logró que le saliera ninguno, una tortura de emisión en que esas cuatro horas de 5:00 a 9:00 am se hacen eternas. Salimos a desayunar, Fernando estaba en la mesa mía, la niña de las llamadas llegó también, pero se hizo en una mesa cercana, Al instante Fernando empezó a comentarme, “no Orlando, definitivamente la niña de las llamadas no da la talla, su trabajo es pésimo, se nota que no está metida en el cuento, creo que va a tocar prescindir de sus servicios, pobrecita”. Yo que estaba de frente a ella y entendí la broma. Pude ver el rostro de indignación un tanto desencajado de la jovencita, que miraba a Fernando como si se lo quisiera tragar vivo. Casi suelto la carcajada, la verdad tuve que esforzarme para poner cara de serio.

Al año siguiente llegó una practicante, una dulzura de niña a quienes todos le teníamos un gran aprecio, era Angelita, la gran Angelita Pardo hoy una destacada profesional del periodismo con una trayectoria impecable. Un día nos invitó con Fernando a almorzar a su casa. Preparó unos deliciosos frijoles con garra. Pasamos un rato muy agradable, puedo decir que más o menos así nació esa amistad tan bonita y férrea entre ellos dos. Años más tarde se casaron y desde entonces viven felices. En el gremio periodístico admirada esta pareja de destacados profesionales. Este fue el segundo matrimonio de Fernando. Cuando estaba casado con Marcela organizábamos los famosos sangapú, sancocho de gallina trago y putas decía el entonces director Gabriel Ortiz, lo cierto es que solo tenían gallina y trago. Trabajar con él era fantástico, uno se sentía super respaldado, su tono de voz que podría competirle a un tenor era prodigiosa, lo que más me asombra es que era natural, no tenía necesidad de engolarla o exagerarla como suelen hacer algunos locutores. Pero a veces la voz no lo es todo. En una ocasión correspondía la emisión vespertina de 6:00 a 7:00 p.m. un sábado. Llegó como a las 5:00, yo ya me disponía a redactar los titulares, las noticias ya las teníamos. Me dijo “hoy me voy a enfermar”, no comprendí, la verdad había llegado muy contento, animado, hablando de todo, cuando de repente le empezaron a salir gallos y cada vez con más frecuencia, al rato se quedó sin voz y yo sin locutor.

Ese día me cotó leer titulares, noticias y como un trompo, para sacar esa emisión adelante. En una ocasión se fracturó una de sus piernas cerca del tobillo, por lo que lo enyesaron. En consecuencia, nos tocaba recogerlo a eso de las 4:30 a.m. para iniciar noticiero a las 5:00, un día al verlo bajar del carro con tanta dificultad le tomé el pelo con mi irónica frase “tienen que detallarte demasiado para darse cuenta de que estas enyesado”, le causó tanta risa el comentario que durante los siguientes días hablaba con mucha gracia del incidente jocoso. En esa época era muy especial el día de las brujitas, Todelar acostumbraba a hacer una gran fiesta para los niños, que obligaba incluso al cierre de una parte de la autopista norte. Fernando llegaba con otro de los grandes amores de su vida, su hijito Fabián, siempre con su disfraz. Un día lo llevó vestido de militar y recordé el cariño de Fernando por las Fuerzas Militares.

En otra ocasión, para la celebración del Día internacional de la mujer, llegó con un poema y le dijo desde el inicio de la emisión a nuestro director César Fernández, “traje algo muy especial que quiero leer al aire”. Lamentablemente los noticieros no responden a este tipo de lógicas. Siempre llega una noticia y otra, un tema, un invitado, una ciudad, y en cada segmento Fernando le recordaba a César, “no olvides que traje un poema para declamar” y César le respondía, “si ahora vamos con él”. Estaba por finalizar la emisión y cuando César se disculpaba porque no había alcanzado el tiempo para el poema, Fernando sin perder un segundo, reaccionó “¿Dijo usted un poema? Y se despachó con la declamación en su melodiosa voz. Fue algo muy chistoso que nos causó risa a todos. Aun hoy cuando recordamos la anécdota nos hace reír.

Como todo en la vida nos fuimos retirando, unos antes otros después. Yo salí de Todelar en noviembre de 2002. Me fui a trabajar con los Jesuitas en Emisora Kennedy, duré cuatro años y luego pasé al Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal IDPAC donde estuve ocho años. Finalmente, en 2016 entré a formar parte del equipo de Fernando Barrero y Aida Martínez, para hacer el programa Nuestros Héroes TV, espacio institucional del Ministerio de Defensa. Oh sorpresa, allí me encontré de nuevo con Fernando, era nuestro locutor, me asombraba que le pasábamos los guiones y los tenía locutados al instante. En su casa contaba y cuenta aún, con un maravilloso estudio de grabación, había tenido éxito en algo que me comentó años atrás, montar su propia empresa, era asombroso por la cantidad de contratos que logró sacar adelante. Fabián estudio comunicación social y también estuvo encarrilado con el proyecto familiar. Los tres con Angelita, han sido un combo extraordinario, ella primero en City TV, luego en la Alcaldía de Bogotá, estuvo en la Secretaría de Educación, regresó a El Tiempo Televisión como jefe de emisión y actualmente es jefe de emisión de Arriba Bogotá. Fernando siempre fue mucho más que un locutor, en Leticia (Amazonas) fue corresponsal de TV HOY, también trabajó en Caracol Radio, Fue voz institucional y maestro de ceremonias de la Defensoría del Espacio Público en la administración Peñalosa. Fabián, trabaja actualmente en marketing digital en una multinacional en Medellín. Qué grato es recordar a colegas y profesionales que en el recorrido por la vida se han convertido en amigos entrañables. Abrazos para ellos.

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