1. No existen expedientes contractuales, es decir no se puede vigilar el estado de ejecución de muchos proyectos.
2. No tienen claro el número de contratos que tiene, ni los pagos pendientes.
3. Los recursos a pesar de tener destinación específica, se utilizan para otros proyectos.
4. Contratos y proveeduría sin certificado de disponibilidad presupuestal (CDP).
5. Supervisión de los contratos estuvo en manos de los mismos contratistas.
6. Los directivos no participan en los comités de supervisión de los contratos, lo terminan haciendo los mismos contratistas.
7. Como la UNGRD contrata por Régimen Especial de Emergencia y no por ley 80, los requisitos no se cumplen y se contrata sin idoneidad.
8. La FIDUPREVISORA es quien administra los recursos de la UNGRD haciéndole el juego a los contratistas, como consta en varias denuncias en la Fiscalía.
9. Al llegar los recursos al Fondo Nacional del Gestión del Riesgo pierden la obligatoriedad de ser ejecutados en la anualidad presupuestal, lo que llevó a qué tantos recursos estén pendientes de ejecución.
10. Un barril sin fondo ha sido la contratación de maquinaria amarilla, con muchos ceros a la derecha.
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