Los ataques contra mi esposa, la doctora Beatriz Gómez Consuegra, no han cesado

Por Guillermo Alfonso Jaramillo

Ministro de Salud

Desde el momento en que fui designado como Ministro de Salud y Protección Social, los ataques contra mi esposa, la doctora Beatriz Gómez Consuegra, no han cesado. Quienes la señalan omiten —deliberadamente— que su nombramiento fue realizado en septiembre de 2022 por el entonces superintendente Ulahi Beltrán, mucho antes de mi designación como Ministro.

Una vez me fue ofrecido el cargo por el señor Presidente Petro, actué con total transparencia y solicité un concepto a Función Pública para que evaluara cualquier posible inhabilidad. La entidad, que es la competente para hacerlo, concluyó que no existe ninguna inhabilidad, pues no hay relación jerárquica entre nuestras funciones ni facultad o posibilidad de nominarnos mutuamente.

Es profundamente indignante que, a pesar de esta claridad jurídica, los ataques persistan, y más grave aún, que se realicen con un sesgo evidentemente machista. Pretenden reducir a mi esposa a una figura secundaria, ignorando su formación, experiencia y la dedicación con la que ha trabajado por la salud de los colombianos y colombianas.

Este tipo de agresiones no solo buscan deslegitimarla como profesional, sino que refuerzan una cultura que aún persiste en nuestro país: una en la que el mérito de una mujer es cuestionado solo por ser pareja de un hombre que ostenta un cargo de poder.

La doctora Beatriz Gómez Consuegra es una funcionaria pública íntegra, que cuenta con una trayectoria intachable y una vocación de servicio incansable. No permitiremos que se siga usando su nombre como herramienta para ataques políticos que nada tienen que ver con su labor ni con la verdad.

Rechazo con firmeza estos ataques y defiendo el liderazgo de las mujeres en el sector público, no solo como un deber institucional, sino con una convicción personal.

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