Sobre las expectativas de la sociedad colombiana con respecto al próximo gobierno, el exmandatario manifestó que “a veces para vivir en paz hay cuentas que son inolvidables, pero que no se cobran”.
Ante el Auditorio Alfonso López de la UNAL Sede Bogotá, el político señaló que “el primer y gran problema de Colombia es la paz; después de que se consiga se podrán plantear soluciones a todo lo demás, pero hay que luchar por transformar al enemigo y aprender a convivir con él”.
“Colombia es demasiado rica y tiene un castigo en su propia riqueza; el Acuerdo de Paz es una especie de reforma agraria y es todo un compromiso con el futuro de este país”.
Dijo también que “la juventud colombiana debe aprovechar el milagro de vivir, ya que los seres humanos son los únicos animales dotados de conciencia, haciéndose preguntas que otros animales no se hacen, y buscando una causa de su existencia”.
Con respecto a las revoluciones, indicó que “son una condición inherente a la existencia del ser humano, y puede haber mucha violencia sin revolución, así como mucha revolución sin violencia”.
En su opinión, “el proceso de cambio es un impulso por un conjunto de mejoras que se consideran sustanciales para la realidad en la que se vive; las sociedades han cerrado largos capítulos de resignación y siempre habrá un despertar de empatía y solidaridad, si se reflexiona sobre la desigualdad y el flagelo al que están sometidas muchas personas”.
“Encontrar una causa es donde se gasta la emoción del milagro de estar vivo, por eso esta es la pregunta: ¿vale la pena tener una causa para vivir? o ¿vamos soportando la vida por un devenir y el mercado decidirá por nosotros?”, se preguntó.
Consideró además que la actual lógica de mercado es absorbente y que le impone un estilo de vida a las personas, sobrecargándolas de necesidades infinitas que terminan pagándose a cuotas durante toda la vida.
Indicó que “no importa si se es joven o viejo, lo que importa es el grado de sabiduría que se pueda acumular […] las revoluciones serán colectivas o no serán, y en este motivo radica el hecho de aprovechar el conocimiento como una herramienta en ellas”.
“Es importante hacer uso de la sabiduría no solo como conocimiento, sino como el arte de saber elegir en medio de la incertidumbre; la tarea histórica de construir un nosotros está en el mundo que es el porvenir”, apuntó.
En relación con medioambiente se refirió así al uso de las energías fósiles: “debemos seguir buscando incrementar otras formas de bioenergía”.
“Es probable que luego de que seamos golpeados por la naturaleza exista una revolución, pero recordemos que la vida no es una utopía, la vida es compromiso por una utopía”.
Entre sus aportes finales mencionó que “es muy difícil encontrar el triunfo completo, y los hombres vamos detrás de las ideas como la carreta detrás de los bueyes, pero aún en el mayor de los fracasos –tambalear es una de las características de las revoluciones–, el mundo nunca será lo mismo al haber empezado a cambiar, y este es el precio que pagan las sociedades para dar saltos”.
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