Día Internacional de la Jueza

Por el magistrado Jorge Enrique Ibañez

Este es el tercer año que nos reunimos para conmemorar el Día Internacional de la Jueza, aprobado por la Asamblea General de Naciones Unidas en el año 2021, con la particularidad de que también estamos conmemorando el Día internacional de la mujer. Así, además de enaltecer la labor de las mujeres buscamos destacar el papel fundamental de las mujeres que administran justicia y que como tal promocionan y defienden el Estado Social de Derecho, la igualdad de género y la construcción de decisiones con perspectiva de género. Y es que apropósito de la conmemoración del día internacional de la mujer no podemos olvidar que además de ser juezas, desempeñan roles de madres, hijas, abuelas los cuales impregnan su función judicial y les permiten tener una experiencia vivencial para aportar a cada caso y generar espacios seguros, cálidos y de confianza.

Este día también nos invita a reflexionar sobre los múltiples obstáculos que enfrentan las mujeres en el campo de la justicia; obstáculos como discriminación de género, dificultades para conciliar la vida laboral y personal, falta de representación, estereotipos de género en el juicio, barreras institucionales, acoso y discriminación en el lugar de trabajo, entre otros. Y estos obstáculos a su turno, desencadenan consecuencias significativas en el acceso de las mujeres a la labor judicial y, por qué no reconocerlo, a los cargos en las altas cortes.

Limitaciones en el avance profesional en la carrera judicial de las mujeres, es una de las tantas consecuencias que algunas deben soportar. La discriminación o prejuicios basados en el género, en muchas oportunidades impiden que las mujeres accedan a posiciones de liderazgo o avancen en sus carreras dentro del sistema judicial. Esto puede manifestarse a través de la falta de oportunidades de ascenso, disparidades salariales, sesgos en la asignación de casos y roles, así como una cultura institucional que no favorece la igualdad de género.

Si bien es cierto, no podemos desconocer los esfuerzos que han realizado gran parte de los Estados para aumentar la participación de la mujer en la esfera pública, también lo es el hecho de que el número de mujeres en el campo judicial es reducido.

Según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe creado por CEPAL, a la fecha, América Latina tiene una media de mujeres en los Máximos Tribunales o Cortes Supremas de apenas el 30,4%. De los países que tienen más alta participación de las mujeres en estas instancias, destacan Guatemala con un 58.3% y Panamá con un 55.6%, los cuales superan las cifras de paridad. En el Caribe, las Bahamas se posicionó como el país con mayor participación de las mujeres en Cortes Supremas, alcanzando un 61.1%. Finalmente, en el caso de Eastern Caribbean Supreme Court integrada por los países caribeños el porcentaje de mujeres en la Corte Suprema corresponde al 58.6%.[1] Ahora, en el caso colombiano según el informe del Observatorio Colombia tiene uno de los indicadores más bajos  en participación de mujeres en Altas Cortes, con un porcentaje de 21.7%.[2]

En buena hora, se mantiene un importante número de mujeres en los Juzgados Municipales, en los Juzgados de Circuito, en los Tribunales Superiores de Distrito Judicial y en los Tribunales Administrativos. Empero, si bien la representación de mujeres en las Altas Cortes durante el 2022 tuvo un momento de crecimiento, éste desde el 2023 viene decreciendo. Por eso tenemos que seguir hablando de romper los toches de cristal. De acuerdo con las estadísticas de la Rama Judicial[3] a hoy de 93 magistrados de Altas Cortes, solo 28 son mujeres. De tal manera, que resulta preocupante la baja participación de las mujeres en escenarios públicos y de toma de decisiones.

Recordemos que en la Corte Constitucional de 9 magistrados, 4 son mujeres. De la Corte Suprema de Justicia, de los 23 magistrados que integran la Sala Plena, solo 6 son mujeres. Del Consejo de Estado, de los 31 magistrados o Consejeros de Estado, 6 son mujeres. Del Consejo Superior de la Judicatura, de 6 magistrados, 3 son mujeres.  Y esto, sin considerar los cambios en la composición de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo Superior de la Judicatura que se dará durante este año por la terminación de periodo de varios de sus magistrados. Cambios que esperamos incorporen una mayor presencia de mujeres.

Ante este decrecimiento, otro más, como si la moda en Colombia fuera decrecer, vale la pena analizar las causas por las cuales las mujeres no se están inscribiendo en las convocatorias que realizan las distintas corporaciones para conformar las listas para elegir magistrado. Por ejemplo, tomemos como ejemplo el caso de las listas para elegir magistrado del Consejo Superior de la Judicatura. Por un lado, en el Consejo de Estado, se está eligiendo el reemplazo de la Mg. Martha Lucía Olano, del Consejo Superior de la Judicatura quien culminará su periodo el próximo 25 de abril de 2024. De los 82 candidatos inscritos tan solo 25 fueron mujeres, esto representa apenas un 12.1%. Por otro, en el caso de las inscripciones en la Corte Suprema de Justicia para el reemplazo de la Mg. Gloria Stella López Jaramillo, de 153 inscritos tan solo 78 fueron mujeres, lo cual equivale a un 50.9%.

Ahora, ¿cuál es la causa para una misma corporación en un caso exista una participación tan baja y en la otra una mejor? Ante esto, la judicatura no cuenta con un estudio sobre el origen de la baja participación de las mujeres y en la academia las Universidades Javeriana y Externado avanzan lentamente en sus estudios.

Esta situación nos lleva a reflexionar en el trabajo que tenemos por delante. No podemos desconocer y es el mensaje que quiero transmitir en este día, que la mujer en el sistema judicial juega un papel fundamental, no solo como fuente de inspiración para futuras generaciones de juezas, sino como ese eslabón fundamental para la creación de una justicia mucho más cercana y que evidencie afectaciones diferenciales a las mujeres en los diferentes escenarios donde pueden verse afectadas.

Esto es así, porque estoy convencido que las juezas no solo poseen capacidades y habilidades académicas, sino que cuentan con algo que difícilmente los hombres contamos y es con la experiencia vivencial, que le permite tener más sensibilidad y tacto a la hora de acercarse a ciertos casos. Sin embargo, todas estas capacidades e increíble potencial, son afectados por los “techos de cristal”.

Como bien ya todos sabemos, en 1978, la consultora Marilyn Loden habló por primera vez de la expresión “techo de cristal”. Y lo hizo en el marco de una mesa redonda donde se discutía sobre las aspiraciones de las mujeres. Durante la discusión, Loden percibió que las mujeres que participaban en esta mesa se enfocaban en las deficiencias que podían tener las mujeres en términos de socialización, en comportamientos de autocrítica y en la imagen pobre que muchas mujeres tenían de sí mismas. Ante estas afirmaciones, Loden replicó indicando que, si bien era cierto que las mujeres parecían incapaces de ascender en sus carreras más allá de una gerencia media, lo era no por ellas sino por los “techos invisibles de cristal”, aquellas barreras culturales que se les imponía y que era lo que obstruía sus aspiraciones y oportunidades de avance o progreso profesional.

De tal manera, los “techos de cristal”, se han entendido a lo largo del tiempo, como esas barreras invisibles que impide que las mujeres alcancen posiciones de liderazgo y avancen en sus carreras profesionales, especialmente en campos dominados por hombres. Aunque las mujeres pueden tener las mismas calificaciones y habilidades que sus colegas masculinos, frecuentemente encuentran obstáculos para ascender a puestos de alto nivel debido a prejuicios de género, discriminación y estructuras organizativas que favorecen a los hombres. En suma, el término “techo de cristal” sugiere que, aunque las mujeres pueden ver las posiciones de liderazgo, no pueden alcanzarlas debido a las barreras invisibles que existen en el camino.

En el año 2022, por tres meses, la Sala Plena de la Corte Constitucional estuvo conformada por mayoría de mujeres (5 mujeres y 4 hombres) y es un momento que me hace sentir muy orgulloso, porque esto demuestra que si se puede, que si es posible que cambiemos la historia.

Vamos por buen camino, pero tenemos un importante trabajo de cara al futuro para lograr una verdadera igualdad y equidad de género. Debemos seguir trabajando en esos aspectos que estancan la vida profesional de las mujeres y para ello es necesario que conozcamos por ejemplo, los  impactos que generan en la vida personal y familiar de las mujeres el hecho de ascender en su carrera judicial, la necesidad de conocer esa segmentación horizontal a la hora de distribuir cargas y actividades tradicionalmente consideradas femeninas y masculinas y por qué no, conocer las formas en los que operan los niveles de subordinación. Todo esto nos permitirá conocer claramente las barreras de ascenso que se le presentan a las mujeres no solo en la Rama Judicial sino en todo espacio donde existan posiciones de liderazgo.  

Estimo que para superar los “techos de cristal” se requiere un enfoque integral que aborde tanto los factores estructurales como los culturales que perpetúan la desigualdad de género en los diferentes espacios. Esto demanda la implementación de políticas y programas específicos para promover la igualdad de oportunidades, eliminar sesgos y barreras, y fomentar una cultura organizacional inclusiva y diversa. Solo mediante un compromiso continuo y acciones concretas se podrá lograr un avance significativo hacia una justicia verdaderamente equitativa y representativa.

Hoy en este acto, quiero relievar la disciplina, el rigor, la constancia y la responsabilidad de las mujeres en su trabajo judicial. Hablo por lo que he visto y compartido en la Corte Constitucional Corporación en la cual el trabajo de las mujeres es excelente como lo demuestran tanto las estadísticas como las decisiones de mérito que se han proferido con ponencia de las magistradas CLARA INÉS VARGAS, MARÍA VICTORIA CALLE, GLORIA STELLA ORTIZ DELEGADO, CRISTINA PARDO SCHLESINGER, DIANA FAJARDO RIVERA, PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA Y NATALIA ANGEL CABO.

Hablo por lo que vi en el CONSEJO DE ESTADO con Consejeras como

AYDEÉ ANZOLA LINARES, CONSUELO SARRIA OLCOS, ANA MARGARITA OLAYA FORERO, CLARA FORERO DE CASTRO, BERTHA LUCÍA RAMÍREZ DE PÁEZ, RUTH STELLA CORREA PALACIO, OLGA MÉLIDA VALLE DE DE LA HOZ, MARÍA ELENA GIRALDO GÓMEZ, CARMEN TERESA ORTIZ DE RODRÍGUEZ, MARÍA INÉS ORTIZ BARBOSA, LIGIA LOPEZ DÍAZ, MARTHA TERESA BRICEÑO DE VALENCIA, SUSANA BUITRAGO VALENCIA, SUSANA MONTES DE ECHEVERRY, MARTHA SOFÍA SAENZ TOBÓN, OLGA INÉS NAVARRETE BARRERO, MIREN DE LA LOMBANA DE MAGYAROFF, MARÍA CLAUDIA ROJAS LASSO, DOLLY PEDRAZA DE ARENAS, STELLA CONTO DÍAZ DEL CASTILLO, MARÍA NOHEMÍ HERNÁNDEZ PINZÓN, MARÍA ELISABETH GARCÍA GONZÁLEZ, LUCY JEANNETTE BERMÚDEZ BERMÚDEZ, SANDRA LISSET IBARRA VÉLEZ, MARTHA NUBIA VELÁSQUEZ RICO, ROCÍO DE LAS MERCEDES ARAUJO OÑATE, NUBIA MARGOTT PEÑA GARZÓN, MARÍA ADRIANA MARÍN, MYRIAM STELLA GUTIERREZ ARGÜELLO, STELLA JEANNETTE CARVAJAL BASTO, ANA MARÍA CHARRY GAITÁN y MARÍA DEL PILAR BAHAMÓN

Hablo por lo que vi en la CORTE SUPREMA DE JUSTICIA con magistradas como:

FANNY GONZALEZ FRANCO, PATRICIA DUQUE SÁNCHEZ, ISAURA VARGAS DÍAZ, EVA MARINA PULIDO DE BARÓN, ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN, RUTH MARINA DÍAZ RUEDA

ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN, MARÍA DEL ROSARIO GONZÁLEZ MUÑOZ, MARGARITA LEONOR CABELLO BLANCO, CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO, PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR, BLANCA NÉLIDA BARRETO ARDILA, HILDA GONZÁLEZ NEIRA, MARTHA PATRICIA GUZMÁN ÁLVAREZ, MYRIAM ÁVILA ROLDÁN, MARJIORE ZÚÑIGA ROMERO Y CLARA INÉS LÓPEZ DÁVILA.

Hablo por lo que vi en el CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA con magistradas como:

LUZ STELLA MOSQUERA DE MENESES, AMELIA MANTILLA VILLEGAS, LUCÍA ARBELÁEZ DE TOBÓN, DIANA ALEXANDRA REMOLINA BOTÍA, GLORIA STELLA LÓPEZ JARAMILLO, MARTHA LUCÍA OLANO DE NOGUERA.

Hablo por lo que he visto en la COMISIÓN DE DISCIPLINA JUDICIAL con magistradas como:

MAGDA VICTORIA ACOSTA WALTEROS Y DIANA MARIA  VÉLEZ VÁSQUEZ

Y me refiero a las árbitros

SUSANA MONTES DE ECHEVERRY, MARTHA CEDIEL DE PEÑA, MARIA TERESA PALACIO JARAMILLO, MARIA CRISTINA MORALES, PATRICIA MIER BARROS, ADELIDA ÁNGEL ZEA, ILEANA MELO SALCEDO, ANNE MARIE MURLLE, ADRIANA POLANÍA, LAURA MARCELA RUEDA ORDOÑEZ, ANDREA MARTINEZ GOMEZ.

Finalmente, resalto la reciedumbre de conducta, la integridad y la ética de las Jueces, que son un una urna de cristal, ejemplo de la actividad judicial. Acaso ustedes han visto a una mujer integrar un cartel de la toga? JAMAS!!!

Por ello, cómo no celebrar y, con entusiasmo, el Día Internacional de la Juez.


[1] Poder judicial: porcentaje de mujeres ministras en el máximo tribunal de justicia o corte suprema. Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe. https://oig.cepal.org/es/indicadores/poder-judicial-porcentaje-mujeres-ministras-maximo-tribunal-justicia-o-corte-suprema

[2] Ibidem

[3] Participación de la mujer en la Rama Judicial. eyJrIjoiNDA5YmViODItYmJkZS00MTUxLThmNDAtYWEzNWIwNDc3MDVkIiwidCI6IjYyMmNiYTk4LTgwZjgtNDFmMy04ZGY1LThlYjk5OTAxNTk4YiIsImMiOjR9

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