De generación en generación

Por: Orlando Cadavid Correa

Recordábamos en el pasado que las dinastías han jugado papel clave en el periodismo colombiano y que familias enteras han abrazado este apostolado que apasionó a tres grandes del oficio: Camus, Hemingway y García Márquez.

Los Canos, en El Espectador, y los Santos, en El Tiempo, marcaron un hito en el diarismo nacional del siglo XX. Los apuros financieros de los descendientes de don Fidel Cano desembocaron en la venta de su diario, que a la postre se convirtió en semanario, pero luego recuperó su condición de cotidiano. “El Canódromo” figura en los inventarios de don Julio Mario Santo Domingo. En cambio, los herederos del tío presidente Eduardo Santos convirtieron su cotidiano en la más sólida empresa periodística del país, hasta que el gran rotativo terminó en poder del archimillonario Carlos Sarmiento Angulo. De las dinastías salieron excelentes directores, editorialistas, columnistas, entrevistadores y redactores. Algunos combinaron el periodismo y la política.

Enrique Santos Montejo, “Calibán”, fue el tronco vital de la robusta cofradía que tuvo origen en El Tiempo, y cuya obra continuaron sus hijos Hernando y Enrique, y prolongaron exitosamente sus nietos y bisnietos. Fueron guardianes de la heredad de don Fidel en El Espectador sus hijos Luis y Gabriel; su nieto, el inmolado Guillermo Cano, y sus bisnietos Juan Guillermo y Fernando. En la era Santo Domingo, dirige el tabloide Fidel Cano Correa.

Hizo historia en El Siglo la familia Gómez, encabezada por el presidente Laureano Gómez. La complementaron sus hijos Álvaro y Enrique y su nieto Mauricio Gómez, quien brilló en televisión como director de 24 Horas.

El presidente Alfonso López Pumarejo fundó y dirigió El Liberal. Su hijo, Alfonso López Michelsen, creó y orientó el semanario La Calle, órgano oficial del MRL. Su nieto, Felipe López Caballero, presidió el Grupo Editorial Semana.
El presidente Carlos Lleras Restrepo, antes de crear su Nueva Frontera, fue director de El Tiempo, como su primo Alberto Lleras Camargo, quien también fue fundador de Semana y director de El Liberal. Un hijo homónimo suyo, Carlos Lleras de la Fuente, dirigió El Espectador, antes de pasar éste temporalmente de diario a semanario. El presidente Misael Pastrana Borrero fundó la revista Guión, y sus hijos Andrés y Juan Carlos dirigieron el Noticiero TV–Hoy y el diario La Prensa.
Una familia dedicada por completo al periodismo ha sido la de Plinio Mendoza Neira, quien acompañaba a Gaitán el día de su asesinato. De este clan han sobresalido Plinio Apuleyo, Elvira y Consuelo Mendoza Neira. Otra dinastía destacada es la de los Villares: Carlos, Leopoldo y Luis. Columnistas notables son Roberto Posada, “D’Artagnan”, y Rodrigo Pardo, nietos del finado don Roberto García Peña, director emérito de El Tiempo.

Se han dado en la historia del periodismo colombiano muchos casos de padres e hijos y de hermanos que han alternado en el oficio: Los Caballeros: Lucas, el famoso “Klim”; su hermano Eduardo; su primo Enrique, y su sobrino Antonio; Juan B. Fernández (padre e hijo), directores de El Heraldo; Lalo Lloreda y su hijo Rodrigo, fundadores y directores de El País; José Restrepo Restrepo, su hijo Luis José y su nieto Nicolás, directores de La Patria; Fernando Gómez Martínez y sus hijos Juan y Ana Mercedes, directores de El Colombiano; Alejandro Galvis, “Cuco”, su hijo homónimo, y su hija Silvia, directores de Vanguardia; Guillermo Gaviria y sus hijos Aníbal e Irene, en la orientación de El Mundo; Eustorgio Colmenares y su hijo José Eustorgio, directores de La Opinión; Alfonso y Gonzalo Castellanos; Antonio y Álvaro Pardo y su sobrino Javier Baena; Belisario y Juvenal Betancur; Hernando Rincón y sus hijos Fabio y Héctor; Ovidio y Joaquín Rincón Peláez; Rafael Lema y su hijo Guillermo; el finado “Gorila”, Camilo López, su hermano Orlando y su sobrino Juan Carlos López; Luis Pareja Ruiz y su hijo Rodrigo; Juan Roca Lemus, “Rubayata”, y sus vástagos Juan Manuel y Fabio; Daniel Samper y sus hijos Juanita y Daniel; José Salgar y su hijo Carlos; Lucio Duzán y su hija María Jimena; Alberto Manrique y su hijo Hernando; Guarino y Hernán Caicedo; Carlos Murcia y su hijo homónimo; Juan Castillo y su hijo Fabio; Los hermanos Orlando y Esteban Jaramillo; Ramón Ospina y su hijo Carlos Alberto; Lucy Nieto y su hija María Elvira; Javier Velásquez y su hijo Juan Carlos; los hermanos Guillén y los Eslavas, y la familia de Jota Enrique Ríos. En fin, el espacio es insuficiente para acomodar a tantos colegas que han consagrado su vida a desempeñar a su manera el que Camus llamó con toda razón el oficio más bello del mundo.

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